Existen diferentes tipos de familia, todas igual de valiosas. En mi gabinete, cada miembro de la familia es tratado como como una pieza fundamental dentro de un gran engranaje en el que todos cuentan y en el que el cambio de uno de los miembros influye en el resto.
La familia es amor, es un todo formado por lo especial y característico de cada uno de los miembros y así es como abordo la terapia familiar. Una modalidad útil para ayudar a fortalecer la manera en la que los miembros de la familia se relacionan entre sí. Normalmente este tipo de terapia se solicita cuando los padres detectan que sus hijos no se llevan bien o ante conflictos con ellos. Otras veces, esta intervención se realiza cuando la familia pasa por un momento difícil de la vida o un cambio brusco como un divorcio o una separación, si los padres atraviesan problemas laborales o económicos, ante un fallecimiento de un ser querido, o por la creación de una nueva composición familiar.
Mi objetivo es restablecer el equilibrio familiar y que todos los miembros vivan lo más felices posibles y sin tensiones en el ambiente. Para ello, primero valoraré a cada miembro por separado para ver el papel que cada uno desempeña dentro del núcleo familiar y una vez establecidas las disrupciones que existen trabajaré con toda la familia para facilitar y conseguir entre todos de nuevo la cohesión, el apoyo y el amor entre todos. Para ello, veremos cuáles son las herramientas más adecuadas para lograr de nuevo esa unión y fomentaremos la necesidad de cambio en los miembros que lo necesiten partiendo siempre de la base de la comprensión y el entendimiento de toda la familia.